El sistema de contradicciones en el proceso de Reconstitución

 

La complejidad dialéctica que subyace en el proceso de Reconstitución no puede ser reducida a una única contradicción, y, mucho menos, ésta ser escindida en sus elementos para designar a uno un papel principal sobre el otro. Y, sin embargo, en los hechos, nosotros ejercimos ambas operaciones, como ha quedado dicho. Con ello, rompimos con el materialismo dialéctico, pues, en primer lugar, no se trataba de dilucidar el aspecto principal y el secundario de la contradicción, sino de discernir la contradicción principal de las contradicciones secundarias en el proceso; y, en segundo lugar, discurríamos erróneamente al separar los dos aspectos de la contradicción –uno como principal y otro como secundario –, es decir, al contemplarla al estilo metafísico del dos hacen uno , en lugar del modo dialéctico del uno se divide en dos . En este sentido, debemos recordar que la Tesis de Reconstitución demuestra que, para que haya movimiento revolucionario (al nivel que sea, prepartidista o ya con Partido Comunista), es preciso el vínculo entre la organización de vanguardia y las masas (línea de masas). Lo cual supone que no puede haber separación entre los dos aspectos de la contradicción (vanguardia-masas), sino que el trabajo de masas se concibe y aplica en función de las tareas necesarias para la organización de la vanguardia y para el cumplimiento de sus tareas. Lo prioritario, pues, es definir el contenido de esas tareas en cada momento o en cada fase de la Reconstitución, el modo de organizar su cumplimiento y el sector del proletariado sobre el que nos vamos a apoyar para realizarlas. La vanguardia debe permanecer atenta a cada cambio del contenido de las tareas a lo largo del proceso con el fin de reajustar las relaciones organizativas y los vínculos con las masas que cada momento exija. Esta vigilancia excluye todo dogmatismo y toda concepción estática de los distintos elementos que juegan un papel en la Reconstitución, y nosotros caímos en el dogmatismo cuando valoramos unilateralmente las principales tareas políticas actuales sólo desde el punto de vista de nuestra organización de vanguardia, sin ninguna relación orgánica con las masas, y cuando valoramos unilateralmente el sistema de contradicciones del proceso de Reconstitución.

Mao decía que “en el proceso de desarrollo de toda cosa grande existen numerosas contradicciones”[1]. Es lo que vamos a denominar, para el caso que nos ocupa, sistema de contradicciones , cuya caracterización cobra ahora la mayor importancia de cara a la superación de los errores de análisis cometidos que nos han conducido por infructuosos derroteros políticos. Como sabemos, la Tesis de Reconstitución dice que la contradicción que rige el desarrollo del proceso de Reconstitución del Partido Comunista es la que se da entre la vanguardia teórica y la vanguardia práctica . Esta definición es correcta en general porque pone en el centro del proceso sus elementos fundamentales, la unión de la teoría y la práctica, la idea de fusión del comunismo con el movimiento obrero; pero da por supuesta la superación de otras contradicciones relacionadas con la reconstitución ideológica de la vanguardia . Esta reconstitución tiene un contenido principalmente teórico y los problemas políticos que la acompañan son los que ahora reclaman nuestra atención. En cualquier caso, forma parte del sistema dialéctico que organiza y jerarquiza las contradicciones que dan carta de naturaleza al proceso de Reconstitución. Ofrecemos a continuación gráficamente ese sistema en sus elementos y grados principales:

Mao decía, también, que “para descubrir la esencia del proceso de desarrollo de una cosa, hay que descubrir la particularidad de cada uno de los aspectos de cada contradicción de ese proceso”[2]. En el esquema quedan reflejados, a primera vista, el orden de las contradicciones que participan en el proceso reconstituyente, en primer lugar, y las relaciones internas fundamentales que entre ellas se establecen, de manera que su posición en el sistema nos facilitará el descubrimiento de “la particularidad de cada uno de los aspectos de cada contradicción”, que pide Mao.

El organigrama está construido de arriba abajo en orden de menor a mayor inmediatez desde el punto de vista de la necesidad y posibilidad de desarrollo y solución de cada una de las contradicciones del sistema. Está formado por el ensamblaje de unidades triangulares superpuestas cuyos vértices muestran un elemento dialéctico cuya posición determina su relación interna con todo el conjunto de elementos del sistema.

Comenzando por arriba, observamos un módulo triádrico compuesto por una base en la que se sitúa la contradicción Vanguardia-Masas y, en la altura, la otra protagonizada por el Proletariado y la Burguesía . Esta última, la Burguesía , queda fuera del sistema (por eso no está incluida en ningún triángulo), porque se trata de un sistema que describe las contradicciones en el seno de la revolución en su etapa histórica prerrevolucionaria: se trata del sistema de contradicciones que la vanguardia debe resolver y superar, como condición previa al gran enfrentamiento abierto entre las clases principales de la sociedad moderna. El sistema, pues, describe –como se expresa gráficamente en el diagrama– las contradicciones que hay dentro o que están detrás del proletariado como clase revolucionaria. La contradicción Proletariado-Burguesía sólo puede resolverse con la Revolución Proletaria ; pero, antes, el proletariado debe ir solucionando sucesivamente las contradicciones fundamentales –de abajo arriba en el esquema– que lo habiliten como clase madura para iniciar la guerra revolucionaria contra la burguesía. El Proletariado como entidad política, por su parte, se desarrolla en función de la contradicción Vanguardia-Masas (que hemos situado en la base del triángulo superior), que se resuelve con la construcción del Partido Comunista (es decir, el periodo revolucionario que va desde la constitución del Partido a la Dictadura del Proletariado, cuando aquél aborda tareas propias de esta fase de la revolución como son la construcción del Frente Único, del Ejército Rojo con masas pertenecientes a otras clases o la construcción del Comunismo). Esta es la contradicción fundamental que explica la naturaleza del partido proletario (Partido Comunista), y es el adecuado tratamiento de la unidad de sus dos aspectos contradictorios lo que permitirá el desarrollo político del proletariado como clase revolucionaria. Finalmente, la posición de los distintos elementos dialécticos en la cúspide del dibujo nos informa de que no es la lucha entre el proletariado y la burguesía el problema central en esta etapa del proceso revolucionario (la Burguesía queda fuera del sistema), sino la lucha por resolver los distintos problemas que están relacionados con la contradicción Vanguardia-Masas , y, sobre todo, los que aquejan al aspecto principal de la misma, la Vanguardia . En concreto, se trata de las cuestiones relacionadas con el establecimiento de los vínculos necesarios para lograr la unidad de esa contradicción en forma de proceso revolucionario, para lo cual la lucha de clases se desenvuelve principalmente en el seno de la clase obrera entre la vanguardia y el oportunismo, el reformismo y el revisionismo que pretenden impedir el acercamiento político y organizativo entre las masas del proletariado y su vanguardia revolucionaria.

Las cuestiones que rodean a la vanguardia son, en general, las que centran la atención del comunismo en el actual periodo. Por esta razón, la Vanguardia ocupa el vértice superior del siguiente módulo triangular. La contradicción que, en su interior, determina su esencia es la que se da entre Vanguardia teórica y Vanguardia práctica ; por eso, esta contradicción ocupa la base de este segundo triángulo. El desarrollo y la solución de esta contradicción están ligados al proceso de Reconstitución del Partido Comunista , que es el periodo que nuestra organización considera como preámbulo necesario a la existencia del partido de nuevo tipo proletario y a su ulterior proceso de construcción. El aspecto principal de esta contradicción es la Vanguardia teórica , y son las cuestiones relacionadas con la recuperación y consolidación de esta vanguardia las que deben ser solucionadas para preparar su fusión con la Vanguardia práctica en forma de Partido Comunista. Por esta razón, aquélla ocupa la cabecera de la última contradicción, la que está en la base de todo el sistema: la contradicción entre Vanguardia marxista-leninista y Vanguardia teórica No marxista-leninista .

Una de las principales consecuencias del balance del último periodo político de nuestra organización ha sido, precisamente, la toma de conciencia de la existencia y de la importancia de la contradicción entre la Vanguardia teórica marxista-leninista y la Vanguardia teórica No marxista-leninista . Una de las causas principales de nuestros errores fue pasar por alto esa contradicción y centrar nuestra atención en las contradicciones superiores del sistema, sobre todo la inmediatamente superior ( Vanguardia teórica - Vanguardia práctica ) que, vista en perspectiva, preside el proceso político de Reconstitución, por cuya culminación hemos apostado y en cuya realización hemos depositado todos nuestros anhelos. Por esta causa erramos en la valoración de las condiciones y posibilidades de resolución de esa contradicción. Al no realizar un análisis adecuado de su aspecto principal (la Vanguardia teórica ) no descubrimos que en su seno existen una serie de contradicciones que es preciso desarrollar. Estas contradicciones se pueden resumir en la dialéctica que debe desenvolverse entre la vanguardia marxista-leninista y aquellos sectores de la vanguardia teórica que proponen concepciones, ideas y tesis políticas en pugna con aquélla. La solución de esta contradicción es la reconstitución del comunismo como ideología de vanguardia del proletariado . Sólo cuando el marxismo-leninismo consiga hegemonizar la ideología y la política de la vanguardia teórica del proletariado, ésta podrá dirigirse a la conquista de los sectores de la clase que encabezan sus luchas de resistencia y su movimiento espontáneo (vanguardia práctica). Son, por tanto, los problemas teóricos y prácticos que plantea la lucha de dos líneas en el interior de la vanguardia teórica los que deben centrar, a partir de ahora, nuestra atención más inmediata, porque es la contradicción entre Vanguardia marxista-leninista y Vanguardia teórica No marxista-leninista la contradicción principal del sistema dialéctico en el que se halla detenido actualmente el proceso de Reconstitución. Más arriba caracterizamos el momento actual desde el punto de vista de nuestra organización (profundización en la formación en la ideología comunista –y que hacemos extensiva a todos los destacamentos de vanguardia que se autoproclaman marxistas-leninistas) y desde el punto de vista del proletariado en general (acumulación de fuerzas de la vanguardia). Pues bien, ahora podemos añadir, también, que, desde el punto de vista de la vanguardia –o, si se quiere, del movimiento comunista–, nos encontramos ante un momento donde es crucial la implementación y el desarrollo de la lucha de dos líneas en el seno de la vanguardia teórica por la hegemonía del marxismo-leninismo .

La reconstitución del marxismo-leninismo en la posición de vanguardia ideológica del proletariado no es, en absoluto, un problema exclusivamente teórico. Muy al contrario, sólo puede ser fruto del éxito en esa lucha de dos líneas. Por eso, sería contraproducente separar los aspectos teóricos de los prácticos en el actual momento político. No debemos dejarnos engañar por el sentido vulgar, coloquial, de las palabras. Que la actual etapa plantee problemas relacionados principalmente con cuestiones teóricas de la revolución no significa que no exista ninguna práctica de masas que nos ayude en la tarea. De la misma manera, la palabra práctica no debe vincularse únicamente –como casi siempre hemos hecho– con la actividad entre las masas del movimiento práctico, espontáneo; también existe una línea de masas para resolver los problemas de la vanguardia teórica , que no es otra que los vínculos que el marxismo-leninismo debe establecer con el resto de la vanguardia teórica. Se trata, en última instancia, de superar ese vicio al que nuestros errores nos habían conducido de separar radicalmente nuestra actividad teórica de nuestra actividad práctica, vicio del que ya hemos hablado; se trata, en resumidas cuentas, de restituir la unidad de los dos aspectos de la contradicción, que nuestro análisis ha definido como principal, como forma concreta y actual de unidad teoría-práctica. Esta unidad implica redefinir las tareas principales y el carácter y el objetivo del trabajo de masas que llevar a cabo para cumplirlas. En otras palabras, lo que se nos presenta ahora como el problema fundamental es el de esclarecer política y organizativamente la esencia y las formas de los vínculos, en el seno de la vanguardia teórica, entre el marxismo-leninismo y el resto de esa vanguardia y la línea de masas necesaria para elevarlos a las posiciones revolucionarias.

El mecanismo del desarrollo de la contradicción principal ya lo hemos descrito anteriormente: se trata de ir planteando lucha de dos líneas y vínculos organizativos con los círculos de la vanguardia teórica de manera sucesiva para ir avanzando, desde aquellos con planteamientos más generales y abstractos y de más largo alcance desde el punto de vista de los intereses de la Revolución Proletaria, hacia esos otros cuyas inquietudes van acercándose más a los problemas relacionados con las necesidades del movimiento práctico. En este caso, cuando hablamos de círculos de la vanguardia teórica no nos referimos a organizaciones concretas –aunque sea bajo esta forma como nos los vamos a encontrar en la realidad–, sino al grado de cercanía que cada conjunto de problemas teóricos guarda en relación con las necesidades de las reconstitución ideológica del comunismo, siendo la vanguardia marxista-leninista el punto de referencia en torno al que se nuclean y articulan esas necesidades. Así, el primigenio núcleo marxista-leninista irá conquistando paulatinamente esos círculos, resolviendo los problemas teóricos que plantean desde la lucha de dos líneas e incorporándolos a la causa de la Reconstitución desde su línea de masas. Esta es la forma que adquiere la unidad teoría-práctica en el momento presente y dado el carácter de la contradicción principal que impulsa ahora el proceso hacia el Partido Comunista. Nuestro trabajo práctico o nuestro trabajo de masas, por tanto, no debe asemejarse al típico trabajo en el sindicato, aunque probablemente el sindicato sea, en algún momento, uno de los lugares donde haya que ir en busca de algunos de esos círculos de vanguardia. Pero esto no debe confundirnos hasta el punto de dejarnos llevar por la inercia de la actividad propia del sindicato y perder de vista nuestro cometido y nuestra perspectiva, como nos ha venido ocurriendo hasta ahora. Precisamente, uno de los prejuicios que con más ahínco debemos combatir de cara a nuestro futuro trabajo de masas es nuestra mentalidad sindicalista . No hay duda de que la tradición revisionista en la que nos hemos educado y en la que la mayoría de nosotros ha militado durante muchos años, practicando y absorbiendo formas de trabajo utilitaristas que nos enseñaron más a postrarnos ante la marcha del movimiento obrero que a prepararnos para convertirnos en su vanguardia, ha dejado una profunda huella en nuestra concepción de la política y del trabajo de masas, concepción que puede resumirse como sindicalismo , obrerismo , economicismo o cualquier otro concepto que indique espontaneísmo político . Y este lastre lo hemos estado arrastrando hasta aquí, contribuyendo con ello a agravar las deficiencias de nuestro trabajo. Debemos, pues, poner las medidas para combatir esta herencia y retomar el espíritu leninista en la labor de la construcción de cuadros, en la perspectiva de la creación de los tribunos y dirigentes que necesita la Revolución Proletaria.

Pero no podemos finalizar este punto referido al análisis de las contradicciones que directamente incumben a la vanguardia proletaria sin hacer alusión, aunque sólo sea brevemente, a la relación existente entre ese sistema que determina de manera inmediata las tareas más acuciantes de la vanguardia , las tareas de la Reconstitución, y el sistema de contradicciones que implican directamente a las masas , el que rige la marcha real, material, de la lucha de clases: el sistema compuesto por la contradicción capital-trabajo , la contradicción países imperialistas-países oprimidos y las contradicciones interimperialistas . Este sistema se caracteriza, en la actualidad, porque la contradicción principal es la que se desarrolla entre los países imperialistas y los países oprimidos, mientras que las otras dos están atenuadas, sobre todo porque la dialéctica capital-trabajo no supera el plano de la lucha de clases económica, debido a la hegemonía que detenta el reformismo en el movimiento obrero, por un lado, y a que, por otro, el sistema de relaciones internacionales está configurado de manera unipolar, está dominado por una sola potencia hegemónica (por lo que es absolutamente falso poner en primer plano la contradicción interimperialista, pues no hay otros centros ni bloques de alianzas imperialistas que puedan competir con la superpotencia económica y militar yanqui, ni estamos ante un periodo de preparación de una nueva guerra imperialista mundial –como defiende erróneamente un sector del movimiento comunista internacional– sino de colusión entre potencias). Por su parte, la relación entre el sistema mundial de contradicciones y el sistema de contradicciones de la clase obrera revolucionaria se caracteriza porque se desarrollan de manera paralela, sin apenas contacto mutuo, sin vínculos que permitan la influencia de éste sobre aquél. Este divorcio no es sino la suprema expresión de la escisión prevaleciente en el seno de la clase proletaria entre su vanguardia y las masas. Solamente desde la solución del conglomerado de contradicciones que conforman el proceso de constitución de la clase obrera en clase revolucionaria podrá elevarse el antagonismo entre capital y trabajo hasta el nivel político revolucionario de la lucha de clases; y solamente de este modo recuperará esta contradicción el protagonismo del proceso social, y será en torno a su eje que se desarrollarán y se resolverán las demás contradicciones de nuestra época. De este modo, también, con el retorno al primer plano de la dialéctica capital-trabajo (la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado), se hallará la ocasión para poner nuevamente y mejor de relieve la forma concreta que mejor expresa y desde la que mejor se puede resolver la contradicción general que preside todo el desarrollo del capitalismo y al propio capitalismo como modo de producción: la que se agudiza cada vez más entre el progresivo carácter social de la producción y la forma privada de apropiación[3].

Notas:

[1] MAO TSE-TUNG: Obras escogidas . Madrid, 1974. Tomo I, pág. 345.

[2]Ibidem

[3] “Los medios de producción y la producción misma se han hecho esencialmente sociales. Pero se someten a una forma de apropiación que tiene como presupuesto la producción privada por individuos, en la cual cada uno posee su propio producto y lo lleva al mercado. En esta contradicción que da al nuevo modo de producción su carácter capitalista se encuentra ya en germen toda la actual colisión . Cuanto más se extendió el dominio del nuevo modo de producción en todos los campos decisivos de la producción misma y por todos los países económicamente importantes, reduciendo la producción individual a unos restos irrelevantes, tanto más violentamente tuvo que salir a la luz la incompatibilidad entre la producción social y la apropiación capitalista .” (ENGELS, F.: La subversión de la ciencia por el señor Eugen Dühring (‘Anti-Dühring') . Barcelona, 1977; págs. 281 y 282).