Sobre la desviación derechista en el P.C.(b) de la URSS(*)

[Extractos de la primera parte del capítulo IV del discurso de Stalin ante el C. C. y la C. C. C. del P. C. (b) de la URSS, en abril de 1929]

«He hablado más arriba de los cambios operados en las relaciones de clase y de la lucha de clases dentro de nuestro país. Decía que el grupo de Bujarin está contagiado de ceguera y no ve estos cambios, no comprende las nuevas tareas del Partido. Decía que eso origina en la oposición bujarinista un estado de desconcierto, temor a las dificultades, predisposición a capitular ante ellas.

No se puede afirmar que estos errores de los bujarinistas hayan caído del cielo. Lejos de ello, están relacionados con la fase de desarrollo superada ya, y que se llama período de restauración de la economía nacional, durante el cual el trabajo de edificación marchaba por una vía pacífica, pudiéramos decir que de por sí, durante el cual no se daban aún esos cambios en las relaciones de clase que se producen ahora, ni existía aún esa agudización de la lucha de clases que en los momentos actuales observamos.

Pero hoy estamos en una nueva fase de desarrollo, distinta del período anterior, del período de la restauración. Hoy nos encontramos en un nuevo período de edificación, en el período de la reestructuración de toda la economía nacional sobre la base del socialismo. Este nuevo período origina nuevos cambios en las relaciones de clase, agudiza la lucha de clases y requiere nuevos métodos de lucha, que reagrupemos nuestras fuerzas, mejoremos y fortalezcamos todas nuestras organizaciones.

La desgracia del grupo de Bujarin consiste, precisamente, en que vive en el pasado, en que no ve los rasgos característicos de este nuevo período y no comprende la necesidad de aplicar nuevos métodos de lucha. De ahí su ceguera, su desconcierto, su pánico ante las dificultades.

¿Cuál es la base teórica de esta ceguera y de este desconcierto del grupo de Bujarin?

Yo creo que la base teórica de esta ceguera y de este desconcierto es el modo falso, no marxista, que Bujarin tiene de abordar el problema de la lucha de clases en nuestro país. Me refiero a la teoría no marxista de Bujarin sobre la integración de los kulaks en el socialismo, a su incomprensión de la mecánica de la lucha de clases bajo la dictadura del proletariado. (...).

Hasta ahora, los marxistas-leninistas habíamos pensado que entre los capitalistas de la ciudad y del campo, de una parte, y, de otra parte, la clase obrera, existe un antagonismo irreconciliable de intereses. En ello, precisamente, descansa la teoría marxista de la lucha de clases. Pero ahora, según la teoría de Bujarin acerca de la integración pacífica de los capitalistas en el socialismo, todo esto se trastrueca, desaparece el antagonismo irreconciliable entre los intereses de clase de los explotadores y de los explotados, y los explotadores se integran en el socialismo. (...).

Una de dos: o entre la clase capitalista y la clase obrera, que llegó al Poder y ha implantado su dictadura, media un antagonismo irreductible de intereses, o no media ese antagonismo de intereses, en cuyo caso no quedará más camino que proclamar la armonía de los interese de clase.

Una de dos:

o la teoría marxista de la lucha de clases, o la teoría de la integración de los capitalistas en el socialismo;

o el antagonismo irreductible de los intereses de clase, o la teoría de la armonía de los intereses de clase.

Todavía puede uno comprender a “socialistas” del tipo de Brentano o de Sydney Webb, que predican la integración del socialismo en el capitalismo y del capitalismo en el socialismo, pues estos “socialistas” son, en el fondo, antisocialistas, son unos liberales burgueses. A quien no se puede comprender es a un hombre que, deseando ser marxista, predique la teoría de la integración de la clase capitalista en el socialismo. (...).

¿Se puede desplazar a los capitalistas y extirpar las raíces del capitalismo sin una encarnizada lucha de clases? No, no se puede.

¿Se puede suprimir las clases propugnando, en la teoría y en la práctica, la integración de los capitalistas en el socialismo? No, no se puede. Esa teoría y esa actuación práctica sólo sirven para fomentar y perpetuar las clases, pues la tal teoría es opuesta a la teoría marxista de la lucha de clases. (...).

Bujarin entiende que, bajo la dictadura del proletariado, la lucha de clases debe extinguirse y desaparecer para que se llegue a la supresión de las clases. Lenin, por el contrario, enseña que las clases sólo pueden ser suprimidas mediante una lucha de clases tenaz, lucha que bajo la dictadura del proletariado es todavía más encarnizada que antes.

Supresión de las clases mediante una encarnizada lucha de clase del proletariado: tal es la fórmula de Lenin.

Supresión de las clases mediante la extinción de la lucha de clases y la integración de los capitalistas en el socialismo: tal es la fórmula de Bujarin.

¿Qué puede haber de común entre estas dos fórmulas?

La teoría bujarinista de la integración de los kulaks en el socialismo es, por tanto, el abandono de la teoría marxista-leninista de la lucha de clases y una aproximación a la teoría del socialismo de cátedra.

Ahí está el origen de todos los errores de Bujarin y de sus amigos.

Podrá objetarse que no vale la pena extenderse demasiado en la teoría bujarinista de la integración de los kulaks en el socialismo, puesto que ella misma habla ­y no sólo habla, sino que clama­ en contra de Bujarin. ¡Eso es falso, camaradas! Mientras esta teoría permanecía en estado latente, podía no prestársele atención, ¡pues no son pocas las necedades que se encuentran en los escritos de diferentes camaradas! Así lo hicimos hasta ahora. Pero últimamente la situación ha cambiado. La fuerza ciega del elemento pequeñoburgués, desatada estos últimos años, empezó a dar vida a esta teoría antimarxista, por lo cual cobró actualidad. Hoy ya no es posible decir que esta teoría permanece en estado latente. Hoy, esta peregrina teoría de Bujarin pretende ser la bandera de la desviación derechista en nuestro partido, la bandera del oportunismo. Por eso, no podemos ya pasar de largo ante ella, sino que tenemos el deber de deshacerla como teoría falsa y dañina, para facilitar a nuestros camaradas del Partido la lucha contra la desviación de derecha.»

 

Notas:

(*)STALIN, J.: Obras escogidas. Editorial Vanguardia Obrera. Madrid, 1984. Tomo XII; págs. 29-37.