Sobre el problema Stalin

Comentario sobre la carta abierta del CC del PCUS (II)

 

El problema de Stalin es un problema de importancia mundial que ha tenido repercusión en todas las clases sociales de los diversos países del mundo y sobre el cual todavía hoy continúa la controversia. Las diversas clases, y los partidos o grupos políticos que las representan, sostienen diferentes puntos de vista al respecto. A lo que parece, no se podrá alcanzar en este siglo una conclusión definitiva sobre este problema. Sin embargo, en el seno de la clase obrera internacional y de los pueblos revolucionarios, la mayoría sostiene en realidad un criterio común; desaprueba la total negación de Stalin y venera su memoria más y más. Lo mismo ocurre incluso en la Unión Soviética. Nuestra controversia con los dirigentes del PCUS es una controversia con un sector determinado. Esperamos persuadirlos, a fin de hacer avanzar la causa revolucionaria. He aquí el objetivo que perseguimos al escribir el presente artículo. (…)

La gran Unión Soviética fue el primer Estado de dictadura del proletariado del mundo. Al comienzo, el dirigente principal del Partido y del Gobierno de ese Estado fue Lenin, después de su muerte, Stalin.

Después de la muerte de Lenin, Stalin pasó a ser no sólo el dirigente del Partido y del Gobierno de la Unión Soviética, sino también el jefe reconocido del movimiento comunista internacional.

Hace sólo 46 años que la Revolución de Octubre inició la historia del primer Estado socialista. Y durante cerca de treinta años, Stalin fue el dirigente principal de ese Estado. Toda la actuación de Stalin ocupa un lugar importantísimo tanto en la historia de la dictadura del proletariado como en la del movimiento comunista internacional

El Partido Comunista de China siempre ha sostenido que el problema de cómo apreciar y enfocar a Stalin no es simplemente la evaluación del propio Stalin, sino, lo que es más importante, cómo sintetizar la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y del movimiento comunista internacional a partir de la muerte de Lenin.

El Partido Comunista de China siempre ha considerado que es necesario analizar de manera cabal, objetiva y científica los méritos y errores de Stalin, empleando el método del materialismo histórico y presentando la historia tal como es, y que no se debe emplear el método del idealismo histórico, tergiversar y falsificar arbitrariamente la historia, ni negar a Stalin en forma subjetiva, ruda y total.

El Partido Comunista de China siempre ha considerado que Stalin cometió en efecto algunos errores. Estos tienen sus raíces gnoseológicas y socio-históricas. Es necesario criticar, desde una posición justa y con un método correcto, los errores efectivamente cometidos por Stalin y no los que le imputan sin ningún fundamento. Pero siempre hemos estado en contra de una crítica inadecuada de Stalin, hecha desde una posición falsa y con métodos erróneos.

Aún en vida de Lenin, Stalin lucho contra el zarismo y por la difusión del marxismo; después de haberse incorporado a la dirección del Comité Central del partido bolchevique encabezado por Lenin, luchó para preparar la Revolución de 1917, y tras la Revolución de Octubre, luchó en defensa de las conquistas de la revolución proletaria.

Fallecido Lenin, fue bajo la dirección de Stalin que el PCUS y el pueblo soviético lucharon resueltamente contra todos los enemigos internos y externos, defendieron y consolidaron el primer Estado socialista del mundo.

Dirigidos por Stalin, el PCUS y el pueblo soviético persistieron en la línea de la industrialización socialista y de la colectivización de la agricultura del país y lograron grandes éxitos en la transformación y edificación socialistas.

Dirigidos por Stalin, el PCUS, el pueblo y el Ejército soviético libraron arduas batallas y obtuvieron la gran victoria de la guerra antifascista.

En la lucha contra el oportunismo de todo tipo, contra los enemigos del leninismo, los trotskistas, zinovievistas, bujarinistas y demás agentes de la burguesía, Stalin defendió y desarrollo el marxismo-leninismo.

Con sus obras teóricas, literatura inmortal del marxismo-leninismo, Stalin hizo un aporte imborrable al movimiento comunista internacional.

Dirigidos por Stalin, el PCUS y el Gobierno soviético aplicaron una política exterior que en su conjunto, correspondía al internacionalismo proletario, y prestaron gran ayuda a las luchas revolucionarias de los pueblos de diversos países, incluida la del pueblo chino.

Stalin se colocó al frente de la corriente histórica, dirigiendo la lucha revolucionaria; fue enemigo irreconciliable del imperialismo y de todos los reaccionarios.

La actuación de Stalin está indisolublemente ligada a las luchas del gran PCUS y del gran pueblo soviético, y es inseparable de las luchas revolucionarias de los pueblos del mundo entero.

La vida de Stalin fue la vida de un gran marxista-leninista, de un gran revolucionario proletario.

Es verdad que mientras conseguía grandes éxitos para el pueblo soviético y el movimiento comunista internacional, Stalin, el gran marxista-leninista y revolucionario proletario, cometió ciertos errores. Algunos fueron errores de principio y otros cometidos en el trabajo práctico; algunos pudieron haberse evitado, otros eran difíciles de evitar, en ausencia de un precedente que sirviera de ejemplo a la dictadura del proletariado.

En ciertos problemas, Stalin se apartó, en su manera de pensar, del materialismo dialéctico, cayó en la metafísica y el subjetivismo y, como consecuencia de ello, perdió a veces el contacto con la realidad objetiva y con las masas. En la lucha tanto dentro como fuera del Partido, a veces y en algunos problemas, Stalin confundió dos categorías de contradicciones de distinto carácter, esto es, contradicciones entre los enemigos y nosotros y contradicciones en el seno del pueblo, y confundió los métodos diferentes para resolverlas. En la labor de liquidar a los contrarrevolucionarios, efectuada bajo la dirección de Stalin, se castigó con justicia a un gran número de contrarrevolucionarios que se lo merecían; pero, al mismo tiempo, se sentenció equivocadamente a algunos inocentes y se cometió en 1937 y 1938 el error de ampliar el radio de la represión. En materia de organización del Partido y del Estado, Stalin no aplicó plenamente, o violó hasta cierto punto, el principio proletario del centralismo democrático. Al resolver los problemas en las relaciones con los partidos y países hermanos, cometió ciertos errores. Además, dio algunos malos consejos en el movimiento comunista internacional. Estos errores causaron algunos daños a la Unión Soviética y al movimiento comunista internacional.

Los méritos y errores en la vida de Stalin son una realidad histórica. Comparados sus méritos y sus errores pesan más los primeros que los últimos. Las acciones principales de su vida son acertadas, y sus errores son de segundo orden. Todo comunista honrado que respete la historia, al hacer el balance de las actividades teóricas y prácticas de Stalin en su conjunto, verá primero, sin duda, lo que constituye el aspecto principal de su vida. Por lo tanto, al apreciar, criticar y vencer con acierto los errores de Stalin, debemos salvaguardar el aspecto principal de su vida, y salvaguardar el marxismo-leninismo, que él defendió y desarrollo.

Sería beneficioso que los errores de Stalin, que sólo son de orden secundario, se consideraran como lecciones históricas que sirvieran de escarmiento a los comunistas de la Unión Soviética y de otros países, con el objeto de que no se repitan los mismos errores o cometan menos. Para todos los comunistas, las experiencias históricas tanto positivas como negativas son beneficiosas, siempre que sean acertadamente resumidas en conformidad con la realidad histórica y no tergiversándola.

Lenin señaló más de una vez que los marxistas diferían totalmente de los revisionistas de la II Internacional en la actitud que tomaban hacia personas como Bebel y Rosa Luxemburgo, quienes, a pesar de sus errores, fueron grandes revolucionarios proletarios. Los marxistas no encubrían los errores de Bebel, Rosa Luxemburgo, etc., sino que, en los ejemplos de estos revolucionarios, aprendían <<la manera de evitarlos y de satisfacer las exigencias más rigurosas del marxismo revolucionario>>[1]. Por el contrario, los revisionistas <<se alegraron malévolamente>> y <<se entusiasmaron>> con los errores de Bebel y Rosa Luxemburgo. A este respecto, Lenin citó una fábula rusa para ridiculizar a los revisionistas: <<Ocurre que las águilas descienden más bajo que las gallinas; pero éstas nunca se elevan como aquellas. >> Bebel y Luxemburgo fueron <<grandes comunistas>> y, a pesar de sus errores, siguie-ron siendo <<águilas>>, mientras los revisionistas eran una par-vada de <<gallinas>> <<en el traspatio del movimiento obrero, en medio de un montón de estiércol>> [2].

El papel que desempeñaron Bebel, Luxemburgo y otros en la historia está lejos de ser comparable con el de Stalin. Stalin fue un gran dirigente de la dictadura del proletariado y del movimiento comunista internacional durante una época histórica; se debe ser más prudente al apreciarlo.

Al defender a Stalin, el PCCh defiende su aspecto correcto, defiende la gloriosa historia de lucha del primer Estado de dictadura del proletariado del mundo nacido de la Revolución de Octubre, defiende la gloriosa historia de lucha del Partido comunista de la Unión Soviética, y defiende el prestigio del movimiento comunista internacional entre todos los trabajadores del mundo. En una palabra defiende la teoría y la práctica del marxismo-leninismo. No sólo proceden así los comunistas chinos, sino también han procedido o proceden de la misma manera todos los comunistas fieles al marxismo-leninismo todos los revolucionarios firmes y todos los hombres honrados.

Al defender a Stalin, no defendemos sus errores. Hace mucho los comunistas chinos experimentaron en carne propia las consecuencias de algunos errores de Stalin. De los errores de las líneas oportunistas de <<izquierda>> y de derecha cometidos en una u otra ocasión en la historia del PCCh, en cuanto a sus causas internacionales, algunos se produjeron bajo la influencia de ciertos errores de Stalin. A fines de los años veinte, durante los años treinta, y luego, a principios y mediados de los años cuarenta, los marxista-leninistas chinos, representados por los camaradas Mao Tse-tung y Liu Shao-chi, opusieron resistencia a la influencia de estos errores de Stalin, eliminaron gradualmente las erróneas líneas oportunistas de <<izquierda>> y de derecha, y finalmente condujeron la Revolución China a la victoria.

Sin embargo, en vista de que las ideas erróneas planteadas por Stalin fueron aceptadas y puestas en práctica por ciertos camaradas chinos y que los mismos chinos debimos asumir la responsabilidad por ello, nuestro Partido, en la lucha contra el oportunismo de <<izquierda>> y de derecha, siempre se limitó a criticar a nuestros camaradas que habían cometido errores y nunca echó la culpa a Stalin. El objetivo de nuestra crítica consistía en distinguir lo justo de lo erróneo, sacar las lecciones correspondientes y hacer avanzar la causa de la revolución. No exigimos sino que los camaradas que habían cometido errores los corrigiesen. En caso de que no lo hiciesen, se podía esperar que los comprendiesen gradualmente a través de sus experiencias prácticas, a condición de que no organizasen grupos secretos ni realizasen actividades clandestinas de sabotaje. El método que adoptamos fue el método normal, o sea, la crítica y autocrítica en el seno del Partido: partir del deseo de la unidad y, mediante la crítica y la lucha, alcanzar una nueva unidad sobre una base nueva. De este modo, logramos buenos resultados. En nuestra opinión, como se trata de contradicciones en el seno del pueblo y no contradicciones entre los enemigos y nosotros, se debe adoptar este método para resolverlas. (…)

Cuando cometió errores, Stalin pudo hacerse la autocrítica. Por ejemplo, dio algunos malos consejos respecto a la revolución china. Después que ésta triunfó, reconoció sus errores. En el informe pronunciado ante el XVIII Congreso del Partido Comunista (b) de la IRSS en 1939, admitió también algunos errores cometidos en la depuración del Partido. (…)

No es nada nuevo en la historia del movimiento comunista internacional, sino una vil treta ya calada por la gente hace mucho tiempo, que los enemigos del marxismo-leninismo utilicen expresiones tales como la <<lucha contra el culto a la personalidad>> para vilipendiar a los líderes del proletariado y menoscabar la causa de esté.

Durante el período de la I Internacional, el intrigante Bakunin utilizó semejantes expresiones para injuriar a Marx. Al principio, en su deseo de ganarse mañosamente la confianza de Marx, le escribió: << Soy su discípulo, y me siento orgulloso de ello.” [3] Más tarde, al fracasar su tentativa de usurpar la dirección de la I Internacional, injurió a Marx, diciendo que Marx, “como alemán y judío, es de pies a cabeza un autoritario” [4] , un <<dictador>> [5] .

Durante el periodo de la II Internacional, el renegado Kautsky utilizó similares expresiones para injuriar a Lenin. Levantó calumnias contra Lenin, llamándolo <<el dios de los monoteístas>>, y diciendo que había <<reducido el marxismo no sólo a la condición de una religión de Estado, sino también a la de una superstición medieval u oriental>> [6] .

Durante el período de la III Internacional, el renegado Trotski también utilizó semejantes expresiones para injuriar a Stalin. Dijo que Stalin era un <<déspota>> [7] y que <<Stalin, el burócrata, estableció el infame culto al jefe, atribuyéndole santidad>>[8] .

La camarilla titoísta del revisionismo contemporáneo también recurre a semejantes expresiones para injuriar a Stalin, llamándolo <<dictador>> en un <<régimen de absolutismo personal>> [9] .

Como se ve, la <<lucha contra el culto a la personalidad>> que ha planteado la dirección del PCUS tiene su origen en Bakunin, Kautsky, Trotski y Tito, y es utilizada por ellas para oponerse a los líderes del proletariado y socavar el movimiento revolucionario proletario.

Así como los oportunistas en el movimiento comunista internacional no lograron negar a Marx, Engels ni Lenin con sus difamaciones, tampoco Jruschov logrará negar a Stalin con las suyas.

 

Redacción del Renmin Ribao y Redacción de la revista Hongqi

(13 de septiembre de 1963)

Notas:

[1] Lenin, “Prefacio al folleto de Voinov (A. V. Lunacharsky) Acerca de la actitud del Partido hacia los Sindicatos”, Obras Completas, t. XIII.

[2] Lenin, “Notas de un publicista”, Obras Completas, t. XXXIII

[3] M.A. Bakunin, Carta a K. Marx, 22 de diciembre de 1868, Die Neue Zeit, Nº 1, 1900.

[4] Franz Mehring, Karl Marx, la Historia de su Vida.

[5] Engels, “Engels a A. Bebel”, 20 de junio de 1873, Obras Escogidas de Marx y Engels (en dos tomos), t. II.

[6] Kautsky, “La Socialdemocracia contra el Comunismo”.

[7] Trotski, “Stalin, una Estimación del Hombre y su Influencia.

[8] Trotski, “La Burocracia Stalinista y el Asesinato de Kírov”, 28 de diciembre de 1934.

[9] Kardelj, “Cinco años más tarde”, Borba (Yugoslavia), 28 de junio de 1953.